"Un rincón perdido en el oeste de Francia, verde y acogedor, como una prima-hermana de Galicia."
Así es como nos describe Natalia, nuestra guía por Bretaña, el destino de esta semana.
Su capital, Rennes, es una pequeña ciudad de 200000 habitantes, con un ambiente cultural y universitario efervescente. La juventud, el dinamismo y la bohemia francesa se mezclan en la ciudad bretona, que conserva todo lo bueno de la tradición francesa y lo mejor de la modernidad europea.
QUÉ HACER
¿Cómo nos movemos por la ciudad?
Natalia- Bicicleta. Todo el mundo, (La poste incluídos) se mueve sobre dos ruedas, pues la ciudad, sin apenas cuestas se presta a ello. Existen múltiples mercadillos donde podemos obtener bicicletas de segunda mano a precios realmente bajos, sobre todo coincidiendo con el inicio y el fin del curso universitario.
No hay nada mejor que darse un paseo en bicicleta por las calles de la capital
Hablando de mercadillos, Rennes es conocido en toda Francia por su mercado sabatino, el segundo más grande del país donde podemos encontrar productos tan característicos como: gallina de raza “Coucou de Rennes”, melón “Petit gris”, manzanas Reineta, la riquísima sidra "brut", crustáceos y la ineludible mantequilla salada.
El mercado está situado en la famosa Place des Lices y subiendo unos pocos metros nos encontramos con uno de los rincones más hermosos de la ciudad, la plaza de Saint-Anne con su característico tío vivo y casitas de cuento.
Los parques
Además de visitar los múltiples monumentos de Rennes (Ópera de Rennes, Parlamento de Bretaña, Catedral de San Pedro o la zona vieja) proponemos un plan alternativo: disfrutar de los magníficos parques de la ciudad.
El más conocido y céntrico es el Parque del Thabor que destaca, además de por sus enormes explanadas de césped que invitan a una buena siesta y sus jardines de ensueño, por las múltiples actividades culturales que en él se realizan, como Les mercredis du Thabor, dónde nos podemos encontrar desde una roulotte-sala X, a una representación renovada de Carmen de Bizet, con motos y cuero. Todo muy bizarre.
Pero si lo que realmente queremos es desconectar y perdernos en la naturaleza, la mejor opción es agarrar los manillares de nuestras bicis (los más vagos pueden coger un bus) y desplazarnos hasta el Parque de Gayeulles, que aunque parezca imposible está a escasos 15 minutos del centro urbano.
QUÉ COMER
ATENCIÓN
SI TIENE HAMBRE, ESTA ENTRADA PUEDE RESULTARLE HORRIBLEMENTE TORTURADORA.
Natalia- Los platos estrella de la gastronomía bretona: las galettes y las crêpes.
La cocina francesa hace verdaderas maravillas: con caramelo, mermelada, nata, chocolate, nutella, cookies. Las posibilidades son infinitas.
Galettes: Variante de las crêpes en las que se utiliza para la masa harina de trigo sarraceno en lugar de la de trigo candeal y agua. En la cocina francesa se rellenan normalmente las galettes con ingredientes salados (quesos, carnes, pescado, setas, etc…), reservando las crêpes para los postres. La galette complète es una galette rellena de jamón cocido, queso Emmental rallado y un huevo al plato.
Todo bien regado con una buena sidra bretona, caracterizada por su suavidad y sabor afrutado.
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